Tomás Eloy Martínez gana el Premio Ortega y Gasset


El escritor y periodista Tomás Eloy Martínez, autor entre otros libros de Santa Evita, ha sido proclamado ganador del Premio Ortega y Gasset 2009 en reconocimiento a su labor intelectual y periodística:



Maestro de reporteros y ejemplo de excelencia en una de las carreras de periodismo más brillantes en lengua castellana


Asi reza parte del acta del premio a la trayectoria profesional, una de las menciones apenas de este premio que es entregado anualmente por el diario El País. Los otros ganadores fueron Jorge M Reverte por el reportaje Una muerte digna; Amaya García Ortiz de Jocano por su reportajeClase de historia a pie de fosa y a Adolfo Suárez Illana por la foto que hiciera del de su padre el ex-presidente español Adolfo Suarez y del Rey Juan Carlos.

Vale la pena detenerse en el premio dado a Tomás Eloy Martínez por su experiencia periodística y literaria. Nació en Tucumán, Argentina, en 1934. En su ciudad natal estudió Literatura española y Latinoamericana y luego continuó estudios en la misma área en Paris VII. Desde fines de los años 50 ya se ocupaba del oficio periodístico haciendo reseñas de cine para el diario ‘La Nación’. Durante su obligado exilio en Venezuela (1975-1983) dejó una huella iborrable en la historia del periodismo local, al trabajar en el diario ‘El Nacional’ donde fundó el Papel Literario y luego se embarcó en la aventura de crear y dirigir la redacción de ‘El diario de Caracas’.
Cuando se le clasifica como “maestro de periodistas” se trata de una frase llena de sentido ya que las salas de redacción eran verdaderos salones de formación en disciplina y estilo para todos los jóvenes que se formaron con él. De vuelta a Argentina trabajó para el diario ‘Página 12’ y desde 2006 es columnista nuevamente en ‘La Nación’. Su faceta de narrador le ha brindado un gran reconocimiento, a pesar de que para muchos él es realmente un ensayista. Su libro de relatos Lugar común la muerte (1979); las novelas La novela de Perón (1985) y La mano del amo (1991) y, Santa Evita (1995) y El vuelo de la reina (Premio Alfaguara de Novela 2002) son probablemente las más conocidas. Luego vinieron Las memorias del general (1996) y Purgatorio (2009).

Esta última novela, según dice, es la que más rápido ha escrito y le ha permitido revisitar una serie de temas que ya había tratado antes pero nunca con tanto involucramiento o libertad. De hecho, menciona como una de las experiencias, la superación del miedo y el fluir en la escritura:


el impulso inicial que me movió a escribir este libro fue tratar de recuperar, mediante la escritura y la imaginación, lo que el exilio me ha quitado. La escritura y la imaginación tienen un poder mayúsculo, un poder que traté de medir a través de la escritura de esta novela. La idea original era narrar la vida cotidiana de los argentinos, no los campos de concentración, no los tormentos, no las muertes horrendas, sino la grisura de la vida cotidiana.



Sin miedo a las consecuencias. Caminar sobre una cuerda floja sin caerte. En estos temas uno piensa cuál es el límite y hasta dónde puedo avanzar, y cuanto más libre te sientes, más seguro te sientes y mejor avanzas.


Merecido reconocimiento a uno de los profesionales, docentes y escritores más importantes de América Latina. Maestro de reporteros, maestro de escritores, maestro de intelectuales. Enhorabuena.