DEL POTRO RESUCITO Y ENFRENTARA A NADAL NUEVAMENTE

Menos mal que esa muñeca derecha tiene una tendinitis que no quieren que eche raíces. Menos mal que el mediodía de Miami maltrató con sol a pleno y humedad agobiante. ¿Qué hubiera pasado con un clima ideal y la muñeca impecable? Janko Tipsarevic se habría ido mucho antes, más desilusionado de lo que se fue ayer de Key Biscayne ante la superioridad de Juan Martín Del Potro, ya metido en octavos de final de este Masters 1000 (4.500.000 dólares; cemento).

"Lo importante es que fue rápido y no tuve tanto desgaste por el calor. Si se hubiera alargado, me habría repercutido". Así, como quien le habla a un amigo sobre la cola que tuvo que hacer por el trámite burocrático de cada día, definió Del Potro esos 68 minutos de tenis. De su tenis monopólico.

Saque a la victoria. No es un título de película sino la síntesis del triunfo por 6-4 y 6-1. Del Potro, sexto favorito, perdió apenas tes puntos con su saque en el primer set. Sus dos primeros games de servicio los ganó en cero, con 4 aces incluídos. Tipsarevic abría los brazos pidiendo explicaciones.

Cuando Juan Martín metió el primer saque perdió sólo dos puntos en todo el partido. "Cuando jugás tantos primeros saques, se simplifica todo. Salieron todas. Me levanté con la pierna derecha", aseguró sin desbordar optimismo.

Delpo fue el mandamás. Cuando igualó 1-1 pidió que le cambiaran la cinta que le protege desde el codo a la muñeca derecha. En realidad, le ajustaron la mira, porque enseguida quebró para 2-1 en el segundo break point.

Se puso 4-2 con un saque ganador y 5-3 con una sucesión de recursos: un ace, una derecha invertirda, un segundo saque ganador y otro saque que dobló la raqueta de Tipsarevic. Cuando sacó para ganar el set, un helicóptero negro lo molestó y cometió una doble falta para 30-15. Fue un desliz, nada más. ¿Cómo cerró para 6-4? Con un saque ganador a 215,6 kilómetros por hora. Piedad, por favor.

En los parlantes sonó Queen y su pegadiza "Crazy little thing called love". Tipsarevic se volvió loco, y no de amor precisamente, en el segundo set. Pidió "challenges" sin razón y comenzó a rifar sus golpes. Del Potro vio pan comido en el cemento y quebró dos veces. Tan impotente de espíritu lucía Tipsarevic que volvía a la cancha mucho antes de que el umpire Norm Chryst dijera: "Tiempo".

Del Potro bajó un cambio por única vez y quedó 15-40. Pero el serbio no estaba con luces y el tandilense se puso 4-0. El final llegó cuando Tipsarevic dijo basta, por favor, y con 3 errores no forzados y una doble falta no quiso ser más el partenaire de un actor de lujo.

El español David Ferrer (11) será el rival de hoy (a eso de las 17 de Argentina), ya que ayer superó 3-6, 6-3 y 6-4 al croata Marin Cilic. Del Potro elogió al ganador de la Copa Davis: "Es un jugador complicadísimo que no te da una pelota por perdida y te lleva siempre a jugar una más".

Aplausos despidieron a Del Potro de la cancha central. El pibe saludó con el brazo izquierdo y lanzó sus dos muñequeras y cuatro pelotitas autografiadas. Antes de irse estampó su firma en 13 pelotas grandes que se venden especialmente para eso, regaló una toalla y se fue. Había dejado su sello.

fuente: clarin.com