El turismo acerca fronteras


La antigüedad del conflicto entre China y Taiwán data de la época de la guerra civil que entre 1946 y 1949 enfrentó a comunistas y nacionalistas. Tras el final de este conflicto, se proclamó la República Popular China en Pekín y el régimen de la República de China, dominado por el Partido Nacionalista Chino o Kuomintang, encontró refugio en la isla de Taiwán, única parte del territorio chino que no llegaría a caer bajo el control del nuevo régimen chino.

En 1971 la ONU reconoció al gobierno de Pekín. Desde entonces, el número de países que reconocen el gobierno de Taiwán descendió a menos de 30. China ve a Taiwán como una provincia renegada, y ha jurado recuperarla. China utiliza el poco reconocimiento diplomático mundial del gobierno de Taiwán como uno de sus argumentos.

Los gobernantes taiwaneses, por su parte, dicen que Taiwán es mucho más que una provincia, y que es un Estado soberano que tiene su propia Constitución, un gobierno elegido democráticamente, y un ejército de 400.000 soldados.

Sin embargo, después de medio siglo de desencuentros y amenazas, los gobiernos parecen dispuestos a sentarse a resolver algunos aspectos prácticos que hacen a una industria que les beneficia a ambos: el turismo.

Finalmente, un acuerdo entre China y Taiwán permitirá el contacto entre ambas economías en un marco legal y respetuoso. Así firmaron un histórico acuerdo mediante el cual establecerán a partir del próximo fin de semana vuelos chárter directos entre ambos territorios.

A partir del 4 de julio, en una primera fase, China continental y Taiwán realizarán nueve vuelos chárter cada uno a ambos lados del Estrecho de Taiwán.

En la parte continental de China los vuelos saldrán de Pekín, Shanghai, Guangzhou, Xiamen y Nanjing, y posteriormente se sumarán Chengdu, Chongqing, Hangzhou, Dalian, Shenzhen y Guilin.

En tanto, Taiwán contará con ocho terminales aéreas: Taipei, Taoyuan, Kaohsiung, Taichung, Penghu, Hualien, Kinmen y Taitung.

A pesar de la dura posición china con respecto a Taiwan, han sabido ver en el turismo una actividad que, de hecho, se realizaba por medio de terceros países o territorios y que deja enormes ganancias a ambos lados del estrecho.

Entre las opciones más asombrosas (al menos para mí) es la de los “viajes de novios” pero no para pasar su luna de miel allí, sino para preparar su album de fotos. La combinación de la industria de la fotografía y la de los servicios turísticos puesta al servicio de parejas de todo el sudeste asiático (especialmente chinos de Hong Kong y de otras ciudades chinas) que toman “paquetes” preparados para ellos.

Más de 1.300 estudios fotográficos planean mini vacaciones de 4 días a un costo de aproximadamente 2.000 euros por pareja. Vuelos, traslados, alojamiento, sesiones fotográficas, vestuario, cenas románticas y excursiones. Parece ser una “ganga” y lo más cool para aquellas parejas chinas que quieran un reportaje de novios especial.
Fuente: eldiariodelviajero