Estamos juntos en la alegría
de una profunda entrega.
Nos hemos dado el más precioso
de los dones: el amor.
Atesorémoslo, nutriéndolo
e instándolo a crecer,
con toda la sinceridad
que pusimos al crearlo.
Digámonos siempre la verdad
y escuchémonos atentamente,
para que cada uno comprenda
lo que el otro piensa y siente.
Digámonos "te amo" con frecuencia
para que no se entibie el calor
de nuestro amor.
Que cada día sea como una bendición
y que no nos falte nunca el mutuo apoyo